viernes, 2 de noviembre de 2012

ESE HERMANO QUE ENVENENA LOS RÍOS


Ese hermano que envenena los ríos
Abre una ancha brecha
Que le parte la vida.

La mano que asesina los huevos de los peces,
El dedo que ordena que se sequen las raíces del mundo,
Que la fruta se pudra antes de llegar a su boca,
Que en el aire fallezcan las alas de los pájaros,
Y el silencio congele el paisaje de su misma muerte,
Ese hermano que pide
Que los hongos se asomen en lo rubio del trigo,
Y que la noche se abra en el corazón del alto mediodía.

Ese hermano que obliga
A retroceder al tiempo hasta su aborto,
El que invoca calaveras
en medio de la fiesta de su propia carne viva,
no sabe que se suicida en el ave que cae,
no sabe que se muere
donde declina el tallo
su alegre columna verde,
donde el todo de los campos
se convierte en la nada.

Ese hermano que envenena los ríos
No sabe que envenena también el rojo río
Que lo anima por dentro,
El que desagua en la sangre de sus hijos
Lo empetrola hoy y ahora con su error infinito.

La mano que alzó la orden
De talar el futuro
Derribó cada hora de ese día, mañana,
Donde había gestos y rostros
Que se le parecían
Al hermano equivocado que envenena los ríos.

 Luis Benitez -Argentina.
Publicado en la revista Mapuche

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