sábado, 10 de noviembre de 2012

EL ESPEJO NEGRO, DE ALFONSO DOMINO


Por Francisco Vélez Nieto

XLIII PREMIO DE NOVELA ATENEO DE SEVILLA

Crítico poco dado al jolgorio de los premios literarios, tampoco los de poesía, cuando llevado por el olfato del oficio decido abordar la lectura de una obra premiada, me siento obligado a comentarla si su contenido me ha dejado una grata lectura. Es lo que me ha sucedido con Espejo negro de Alfonso Domingo del que se puede afirmar con honesta naturalidad que es un escritor sólido y comprometido
con el oficio que representa. Todo un merecido ganador del Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2011 de este año que se nos va con más nublados desengaños que fulgores. Así están las cosas en esta ciudad de conversos y extraños silencios con un panorama cultural que no provoca demasiadas ilusiones, pues ya estamos padeciendo que la crisis lo primero que hace es recortar la inversión en cultura. Y si la línea que va llegando tiende con descaro al conservadurismo, pónganse a rezar. Pues ¿cultura para qué si tenemos televisión? Disfruta entonces querida lectora y el lector de buena literatura con esta sólida novela de mucha intriga, culta y de meditado mensaje sobre un mundo literario que no tiene nada que ver con la escritura de parroquia y aldea.
Nos encontramos ante una narración de intriga e historia que transcurre en aquella Europa del siglo
XX envuelta en revoluciones y bárbaras tragedias de las muchas acaecidas en tan viejo continente.
Tragedia que se inicia con la Guerra Civil española, la derrota de la República, el exilio y éxodo de
millones de españoles que despavoridos buscaron la salvación en la vecina Francia cuando el gobierno de Petain, estallido de la Segunda Guerra Mundial la ocupación por los ejércitos alemanes de la patria de Voltaire, y, así, la explosión de una serie de sucesos entre la realidad y la ficción cuyo eje principales lo ocupa como un espíritu latente sobrevolando de una parte a otra parte todo el espacio, no siendo otro que el famoso pintor holandés El Bosco y su misterioso, desaparecido y mítico cuadro Jones y la ballena. Provocando el comienzo de una laberíntica disputa en el correr de los siglos, en la que van surgiendo diferentes personajes por la geografía del viejo continente en busca de tan deseada pintura para vivirla como una realidad.
Mas por esta inquietante historia de intriga y bien tramada narración trafican como principales
protagonistas, unos personajes de ficción inquietos y nada pasivos todos ellos movidos por el mismo
interés, El Bosco y su embrujadora pintura de Jonás y la ballena. Uno de ellos Jerónimo Díaz, joven
pintor y anarquista que tras el final de la guerra en España, una vez en el exilio francés, recibe una
interesante y comprometida oferta que puede librarlo de la precariedad en que malviviendo en Paris.
Es entonces, cuando entra en escena un coleccionista judío dedicado a salvar las vidas de importantes hermanos de raza condenados a morir en las cámaras de gas, que acepta la oferta Goering, repugnante personaje en la historia del nazismo y apasionado coleccionista de obras de arte, que como brazo derecho de Hitler, por medio de sus agentes intenta con un interés apasionado, llegar a un acuerdo con tan extraño e importante coleccionista judío y así lograr el mítico cuadro de El Bosco, Jonás y la ballena, debido a la pasión de Führer por poseerlo, interés semejante al deseado siglos atrás por Felipe II. Siendo esta la razón del coleccionista de contratar al español Jerónimo para hacer una copia intachable de la obra e intentar pasarla por la auténtica.
Aventura de emotivos misterios plagado de intrigas y pasiones, que no llegaría a su final deseado dada la ocupación de Holanda por el ejército alemán, lo que llevaría consigo la ocultación de muchas obras de arte y el intento por abandonar con urgencia Europa por parte de importantes familias judías ligadas a las fianzas y la cultura.
La historia se robustece y con ello la novela va adquiriendo un volumen narrativo alto y arriesgado en situaciones y ajustes de cuentas debido a la reaparición de un personaje sesenta años después de aquella guerra de muertes y campos de exterminios. Al que se suman el interesante proyecto de preparar una exposición expectante de la obra del Bosco en el Museo del Prado que, precisamente guarda una de la más importante colecciones del pintor holandés. Así se representa la comparación de dos mundos paralelos, la identificación de los infiernos de El Bosco con los campos de exterminios de la II Guerra Mundial, capítulos serenamente estudiados por Alfonso Domingo que con acierto escenifica con realismo “las peripecias de los españoles en ese gran conflicto, en concreto los que acabaron en los
campos de exterminio”. Un mundo en el que también se encuentra jugando un papel enigmático unido al del arte, la Alquimia, el Tarot y las pasiones amorosas, “varias lecturas e interpretaciones. Hasta la última página la historia puede cambiar. Y cambia”. Lo que en su conjunto plantea distintos mensajes que descorren velos extraños. Esta es la sin􀆟eses de una buena novela del periodista y escritor con sólida y amplia carrera profesional, especializado en información internacional y reportero de guerra, director de documentales y series que le han llevado a escribir tres novelas premiadas y varios libros de ensayos.

Publicado en la revista LetrasTRL 41

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