lunes, 19 de noviembre de 2012

DIPTICO PARA UN PASADO


Es el día preciso y el horario.
El firmamento cóncavo aboveda
las sombras de la tarde en la vereda.
Anuncia el Ángelus el campanario.

Los dos ya sin los dos y el escenario
de una vaga tristeza tenue y queda.
Al amparo gentil de la alameda,
me juraste ser fiel en el santuario.

Esta nostalgia gris que aún te nombra,
es esa sombra que a mi sombra advierte
que la escolta la sombra de la muerte.

Una amarga verdad he confesado,
quizá la otra verdad que nos asombra,
que nosotros también somos pasado.


II

Tú, que eres niebla y desazón y olvido,
yo que soy puerto y ancla y lejanía
y nuestro amor que fue y por haber sido,
quedó en el vago atardecer de un día.

Era aquél un pasado indefinido.
Fue en la hora imprecisa y todavía
tratando de salvar lo no perdido,
descubrí que ya todo lo perdía.

Y hubo otro cielo y otro mar y arde
la luz amarillenta de una tarde
en que vuelve a doler la pena aquella.

Ya no es posible retomar la huella
y si fui puerto y ancla y lejanía,
ya no soy más que sombra... sombra mía.

HILDA NORMA VALE -Argentina-
Primer premio del Concurso Carta Lírica 2012



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