jueves, 15 de noviembre de 2012

DIEZ MADRE


En la brumosa tarde citadina
limpio un espacio para hablar contigo
venciendo la distancia y el castigo
que nos inflige el tiempo en esta esquina.
Me sobrecoge una emoción antigua
de cuando yo era un hombre protegido
por el amor, y en amor remecido
presiento que tu mano me santigua.
Caigo feliz en el tierno regazo
de tu recuerdo y esta sedentaria
ciudad me envidia, hundida en sus despojos.
A través del esmog siento tu brazo
y por mi sangre sube una plegaria
dicha por ti, mamá. Llueve en mis ojos.

JORGE MANSILLA TORRES
Publicado en la revista Pluma y café 8

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