¡Oh puerta!
¡Cuántas sombras habrán pasado a través de ti!
Y cuando tú no eras puerta, sino árbol, ¡Cuántas sombras
descansarían en tu regazo! Más, cuando tú, aún ni siquiera
eras árbol, ¿qué mano temblorosa sembraría la tímida semilla
a la tierra, que diera origen a que algún día fueras árbol
y luego puerta? ¿Dónde están?
Teresa Coraspe -Venezuela-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 52
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