domingo, 23 de septiembre de 2012

KAFKA


Kafka es un genio, era, lo fue, digo. Un genio entre otras cuestiones, porque tenía un ojo, el izquierdo, más grande, resabiado y rabilardo que el derecho. Eso me dicen sus fotos. Sus escritos tuberculosos y realistas como un rastro de carpas, le servían como un chiste malo a un obsesionado por las mujeres. Sus mujeres, mujeres sin rostro, yacían en el papel con el ansia de las cartas por recibir. Sus mujeres de rostros huesudos, huesos en vez de rostro porque él era Kafka y no lo sabían. Kafka manoseado, irrompible arriba de lo real. Kafka.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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