sábado, 1 de septiembre de 2012

IDENTIDAD

 Noto como el virus inunda mi cuerpo, poco a poco. Oigo al resto de mi grupo al otro lado de la puerta, aún tienen ganan de reír y bromear pese a la última emboscada, no ha habido bajas o al menos eso es lo que ellos piensan. He ocultado bien mi herida y me he escondido en el baño con una pistola. No quiero seguir vagando por ahí sin ser yo mismo. Ese engendro me pillo desprevenido pero por nada del mundo seré como ellos. Me miro al espejo para comprobar el avance de la enfermedad, el cristal me devuelve una imagen que empieza a no ser yo. Los ojos inyectando en sangre, el sudor frío que cubre mi frente y mi tez que se vuelve pálida, casi grisácea, por segundos. Me acomodo en una esquina, intentaré morir todo lo dignamente que se pueda morir al lado de un retrete. Introduzco el cañón en la boca y aprieto el gatillo.

AZAHARA OLMEDA 

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