miércoles, 5 de septiembre de 2012

EN TREN


Hoy me dejo llevar. El tren, seguro,
sigue la vieja ruta, indiferente
al paisaje tan visto. El sol naciente
llama a la ventanilla, y le murmuro

sedosa bienvenida. Estoy maduro
para un amor, amor que de repente
logre entrar en mi vida, sonriente,
con o sin garantías de futuro.

Frente a mí una mujer, de ojos castaños,
intensos y directos. Tantos años
sin que un temblor me sacudiera así.

En silencio sostuve su mirada,
diálogo mudo, de albornoz y almohada.
Captó mi oferta, y respondió que sí.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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