lunes, 3 de septiembre de 2012

EL PARQUE


Paseaba por el parque mirando a las niñas, las menores de 7 años eran su predilección. Si veía a algún padre despistado podía hacer alguna foto que luego disfrutaría en la soledad de su habitación aunque si era paciente tal vez no volvería solo a casa. El sol brillaba con intensidad, compró un refresco y se sentó en un banco a esperar. Sin apenas darse cuenta, se quedó dormido, al despertar había oscurecido. El parque estaba desierto y los únicos puntos de luz que divisaba eran las farolas desperdigas por el jardín. Era momento de irse a casa. Al pasar por delante del columpio este empezó a balancearse sin que nadie lo tocara, creyó que se debería a una ráfaga de aire pero entonces oyó la carcajada de una niña pequeña. Esto le erizó la piel y no de la manera en la que solía pasarle. Corrió por el puente de madera y allí estaba su primera víctima esperando venganza.

AZAHARA OLMEDA

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