lady president daba a luz su primogénito
y el presidente de los estados unidos
mojó todos los teléfonos de la casa blanca.
De súbito en wall street subieron las acciones:
el príncipe había llegado al mundo,
sonaron de júbilo las sirenas atómicas,
las bandas salieron con su muchacha de oro al frente,
no alcanzaron las flores y se arrojaron corn-flakes,
los soldados fueron obsequiados con raciones dobles de napalm
y la united press fotografió el pesebre.
Pero no fue un varón como el presidente anheló
ni una niña como tanto desearon las tías
de la ford fundation y los museums; el heredero
era una oreja del tamaño de un bebé.
El presidente enfrentó a la adversidad, se sobrepuso
y arrulló su cosa con una dulce canción de ohio
mas el pediatra de la CIA le imploró que no cantara
pues el delfín había nacido sordo.
Del libro Sangral América de
JULIO HUASI -Argentina-
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