sábado, 8 de septiembre de 2012

CARTAS DE ALMOR


Una carta de amor ya hace signo, signo de que se trata del amor desde el Seminario XX hasta el ultimísimo Lacan.
Hay mucho publicado en los años  noventa sobre el amor  pero ahora es “un  nuevo amor” en la vía de la letra, el número y el nudo, del que se ha escrito menos.

El inconsciente como real es lo que debe orientar ese “saber superior al sujeto”  con el que los analistas hacen el  amor cuando son cert-eros  en apuntar a la interpretación del analizante con la letra del goce, con el equívoco.

El amor es “un acontecimiento del decir” que anuda lo RSI ; es por ahí por donde se anuda de otra manera el síntoma por el invento del sinthome con el que arreglarse. Hace falta para ello estar enamorado del inconsciente para no errar.

Para hacer bien el amor con el inconsciente hace falta leer bien la carta del síntoma con eso habrá un “reflorecimiento del amor”.

Si “un nuevo amor “en Rimbaud hace cambiar de armonía con un golpe de tambor con el dedo (corazón por supuesto), aquí el cambio es a una disarmonía por la que somos sorprendidos al sabernos sabidos por el insabido que sabe que es el amor.

“Cuando encuentro es cuando escribo, no quiero decir que si no escribiera no encontraría nada, pero quizás no me
daría cuenta” (…0u pire page 25).
Así que les invitamos a que escriban cartas de almor, cartas del amuro de la castración porque lo que se escribe en el muro es la vida misma, la suya o de sus analizantes a los que condujeron a ese nuevo amor.
Y recuerden que el capitalismo que trata de consumirnos forcluye el amor.

Eugenio Castro


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