Adiós al alma quebradiza,
al que busca las esquinas
y rezuma su apatía.
Adiós a las almas.
Adiós al alma protegida
por inciertas alegrías
cimentadas de agonía.
Adiós a las almas.
Tiempo es ya de valentía,
de aventar tantas cenizas
y brotar viejas semillas.
Adiós a la calma.
Tiempo es ya de la utopía,
de abolir la cobardía
que amordaza las sonrisas.
Adiós a la calma.
Morded el puño que domina
cada muerte y cada vida.
recobrad la sangre concedida.
Adiós a las almas.
Morded el puño que castiga
cada vez que no suplica
y levanta su rodilla.
Adiós a las almas.
Adiós al sueño de los días
y a las noches sin salida.
Adiós al alma fría.
Adiós a la calma.
Adiós al mar de pesadillas
que golpean en tu orilla.
Adiós al alma herida.
Adiós a la calma.
Tiempo de almas renacidas,
tiempo de alma enfurecida.
Tiempo de entonar la despedida
a las almas escondidas
y escuchar la sinfonía
de las furias oprimidas.
Gustavo González
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