sábado, 22 de septiembre de 2012
6
Ella no sabe qué hacer.
En su desesperación se pone en lo peor.
Piensa en desaparecer, en hacerse cada vez más pequeña y acabar en nada.
Casi lo está consiguiendo, ya nadie tiene en cuenta sus sentimientos.
¿Alguna vez le importó a alguien?
Nunca se ha sentido especial, nunca destacó en nada, se ha hecho tan transparente, inútil, reemplazable…
Ha malgastado toda su vida en complacer a otros.
Se ha olvidado de sentir placer.
Lo único que le hace sentir algo, son las lágrimas que bañan su cara cada vez más a menudo.
No son saladas, como cuando eres pequeño y lloras por el juguete perdido, son amargas, como cuando has sentido frecuentemente el dolor.
Esa minúscula palabra, tan pequeña y con tanto significado.
AZAHARA OLMEDA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario