Estoy en una selva de nervios.
Dicen que el stress
viene del trabajo excesivo,
viene de dormir toda la mañana
y de levantarme al medio día
descansada y triunfante
para vivir la palabra
que se detiene en otros labios.
Pero, no. El trabajo del poeta
aunque sea un pozo sin salida
es también como un tango
bien o mal cantado
que padece en los círculos
espaciales.
Mi dolor no viene del trabajo;
al contrario, mi trabajo
viene del dolor,
del verso de piedra
que hace explotar el horror
mientras espero que la vida
empiece otra vez.
TERESINKA PEREIRA
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