Busco mi cuerpo a través de esta carne derretida, habitada por negros pájaros que escapan hacia mi nombre, herida donde sudo la desnudez de tu estatura. Cuerpo mi búsqueda bajo estas grandes alas de murciélago con dos almas, una para pecar con buena intención y la otra para fingir ser perdonado por no pecar, mientras los demonios se arrepienten y los ángeles ansían hacer lo que la carne les permite a los hombres y a ellos les niega. Busco mi cuerpo en los lugares donde sospecho que no ha estado, y no encuentro más que una sombra calva y canosa que ya no se parece a mí…
Victor Diaz Goris
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