Te daría, todos los besos,
de los que soy capaz de dar,
con mis labios, incansablemente.
Te daría, todo el amor,
que hay en mi corazón,
que guardo para ti.
Mi corazón, que vives,
en mi pecho, como
una isla solitaria.
Solitaria luna
de enfrente.
No ando de viaje,
no estoy en un barco,
atado al mástil,
por miedo a oír cantar
a las sirenas,
por miedo a perderme.
Te daría todos los besos,
que existen en mi labios,
te abrazarías, fuertemente
con mis brazos, siempre,
por siempre,
te daría, todo eso, mi amor,
todo el amor en mi corazón.
En tu corazón,
muelle en mi puerto,
amarro mi barca,
echo mis anclas.
Sopla el viento,
y el cielo azul,
me contemplas,
mientras yo cuento,
nubes que pasan.
Una dos y tres y cuatro.
Mi corazón,
marcas sus latidos,
y los cuentas,
sin que yo lo sepa,
como si fueran nubes.
Del libro "Acompáñame en mi silencio" de
Rafael Pérez
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