El diablo se presenta en el celeste manto cósmico,
ante soberano domador de dragones, dominador;
desafiante duelo buscan, reverencia y arma blanca,
no existiendo odio alguno, solo un pacto altivo y vil.
Al santo fiel la bestia encierra en crueles manos,
vomita muerte en lepra, las pestes en su juicio;
la fiera en luz emerge y devora a descendientes,
¡maldice a Dios y muere!... es justicia universal.
/ Y por este sadismo, todos heredamos
la maldición que azotó a Job. /
Guido Rivadeneira Salazar
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