martes, 19 de marzo de 2019

PICO DE ÁGUILA


A mi amigo Agustín, con todo mi afecto.

Amanece el día con rocío afligido.
Un día más voy a coger aceituna,
paso a paso y con el frío que, me deja
el cuerpo destemplado, estremecido.
Mis fuerzas se van agotando
antes de llegar hasta el campo,
veo las caras que se trazan en cada
tronco de mis olivos.
Seco está el terreno, la lluvia este año
se hace de rogar y, aún no ha caído.
El mar verde de hojas lanceoladas
me va haciendo más largo el camino,
pareciera que están enfadadas conmigo.
Oteo el horizonte cómo el águila orgullosa
de su vuelo por los campos resentidos.
Me duele ver estos olivos retorcidos,
que tienen alma en su cuerpo y,
el corazón escondido.
¡Ay esos aceituneros orgullosos que
se fueron con el tiempo del olvido!
Señoritos sin caballos de herraduras
van ahora por los caminos.
Con potencial de todoterreno, a cual
mejor montura y trote que nos van asolando
los campos de químicas y gasoil consumido.
¡Ay mis olivos, los de mis cerros!
Los de los campos de Jaén, olvidado,
por quienes son poderosos y
déspotas empedernidos.

Juana Campos Cortés

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