El alquimista prepara las esencias
en el recorrido de la silueta de su amada,
se mezclan los perfumes de sutil aromas.
Este perfumero en un frasco de sueños
combina su amor encendiendo en pasiones,
de delirios, dándole el deleite del peligro,
a este encuentro del alquimista y su dama.
Entregan las sombras las figuras
de un amante tierno perfumando
a su dama, entre besos de azahares
y jazmines se van deleitando los sentidos.
Se logra llegar a la más delicada fragancia
esa que deleita a los enamorados,
la piel se vuelve receptiva,
dejándose seducir en pasiones libertinas.
Y una penumbra de sensaciones
entrelazan a los amantes de los aromas,
donde la magia vuela por los aires
en brumas, en encajes de suspiros.
Nelly Ramirez Yasno -Colombia-
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