Encerrada en un círculo
despejo mis penas
y las ahogo
con las trenzas húmedas de mi cabello.
La inquietante humedad
adormece mis manos y mis sueños.
Quieta sin nada,
me escondo de todo y de todos
y sucumbo en el sueño de mis infiernos.
Sandra M. Vizconde Zevallos
No hay comentarios:
Publicar un comentario