LAS LLAVES

Por costumbre
siempre le extiendo la mano
a quien necesita una ayuda,
aunque en muchas ocasiones correspondan
con una venenosa mordedura;
por tal motivo
permanezco preparado
para mantener intacta mi sonrisa,
la bondad
y
mi cordura;
de este modo
puedo seguir regalando abrazos,
flores
y
una colmena de dulzura;
liberando mis añoranzas,
para que vuelen custodiadas
por la mañanera brisa,
manteniéndome alejado
de la mordaz envidia;
ya que estás descuidadas simplicidades
son las llaves
que abren el portal lontano,
para mostrarnos
el verdadero valor de la vida
y
su inconfundible hermosura.
El resto es pedantería
y
vanalidad,
es desolación
y
perfidia;
es algo que enmascara la realidad,
para luego en amargura...
terminar convertida.

Gerardo Carrascal Santiago -Colombia-