Persigo mi suerte ingenua
que duele como una herida
mi razón se hace incrédula
del futuro que se avecina
El tiempo corre sin mirar atrás
sin espera que no tenga final
los buenos vientos se alejan
al nacer del cielo la tormenta
Qué pronto un querer culmina
bajo la sombra de la piel cansada
cuando un paisaje se despinta
al cubrirse de noche su mirada
El tiempo golpea como una ola
que aterriza suave en la orilla
el tiempo de a pocos aprisiona
si tus ojos esquivan la salida
Y caen las huellas del pasado
el aroma del recuerdo canta
tras algún acierto o fracaso
se cierne la verdad del alma.
J. Fabrisio Arrieta G. -Perú-
No hay comentarios:
Publicar un comentario