DESPEDIDA

De ese amor que te entregué a destiempo
te juro que estoy muy arrepentida,
pues sólo fui de ti un pasatiempo
sin ser nunca, jamás, por ti querida.
Mía la culpa fue, eso lo sé;
si la diversión que tú comenzaste,
el desatino que tu provocaste,
de juego en juego yo lo continué…

Y aunque nunca a mí tú me susurraste
palabras muy tiernas y dulces de amor,
y dueña tener nunca lo negaste…
Fue aún así que tuve el valor
de poder a ti mi amor entregarte
pensando lograr yo a ti conquistarte…
¡Mas cuenta me doy de tremendo error,
creer que lograr podría tu amor!

Por eso es que ahora que entro en razón
y me siento en paz, serena y tranquila,
pienso desistir de esa pasión
que siento a mi ser de a poco aniquila.
¡Ya no he de sentir esa excitación
que vuelve tan loco a mi corazón!
Tengo que cambiar mi ruta de ti.
Por siempre olvidar que te conocí.

María Adelina García Corea