Juraste que me amaría toda la vida.
Sin embargo hoy me dice que no me amas.
Juraste que estaría en la buena y en mala.
Pero hoy te marchas de mi lado.
Juraste en la salud y enfermedad estaría conmigo.
Sin embargo ahora que te necesito, no está.
Ahora que mi cuerpo está cansado,
y enfermo por el paso del tiempo, tú decides marcharte.
Juraste que yo sería el único en tu vida.
Pero no fue así, porque de ti recibí,
el acto más vil y bajo que existe; tu traición.
Traición que rompió todo juramento hecho por ti.
Traicionaste mi alma, que puse en tus manos.
Traicionaste a mi corazón, que puse en tu pecho.
Traicionaste a nuestro amor.
Traicionaste el juramento que hicisteis ante Dios.
Mi corazón traicionado, mi alma desgarrada,
todo lo vivido, en el olvido has echado.
Toda las noche que me dijiste que me amabas,
ahora son noche vacías en mi cama.
Mi corazón traicionado ya dejo de pronuncia tu nombre.
Mi alma, ha borrado de mi piel, la sensación de tus besos.
Mi mente ya no recuerda tus caricias en mi piel.
Y yo he dejado en el pasado las veces que te hice el amor.
Corazón traicionado, que herido de muerte está.
Corazón traicionado, que traspasaste con el puñal del desamor.
Corazón traicionado, que ahora busca sanar y un alma destrozada,
que ahora se la estoy entregando a Dios.
Edwin Ayala Sánchez
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