Duele en el alma
que no presientas mi presencia
intentando dar a tu desazón la calma
y que tan solo respires ausencia.
Lacera mi cuerpo y sus tejidos
que no sientas la caricia enviada;
que la sensación de haberte querido
quede en medio del aire olvidada.
Penetra hasta el centro de mis entrañas
que te presentes ante mis ojos
cual si fueras una extraña
que me mire a lo lejos y de reojo.
Hiere hasta lo más hondo
que quieras poner distancia
a un sentimiento que nunca tuvo fondo
y al que nombrabas con insistencia.
Se inunda de pena mi corazón
al saber que a ti también te duele
y llena estás de desazón
sabiendo que quizás en mi corazón hoy hiele.
Y que se cerrará a ese sentimiento
que hoy se lleva el viento…
Isidoro Giménez
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