Tienes un correo...
Hola amor,
Mi café aún humea. He dado dos sorbos, tal vez tres, pretendo que se conserve caliente en tanto te escriba esta carta.
Hola, otra vez, perdón, me enfoqué en mi taza de café.
¿Cómo estás tu, amor?, espero que bien en todos los aspectos. ¡Claro!, amén de que me extrañes como yo a ti..., ¡mucho!.
Te cuento,
he estado escribiendo un poco de poesía, poesía para mí, para ti, y para la gente como tú y como yo.
Sabes, en mañanas como hoy, un poco húmedas por el paso de la espesa lluvia y el maravilloso prisma de niebla y luz, viene a mí con mayor ahínco tu recuerdo y el deseo de tenerte a mi lado. Entonces corro y me preparo una taza de café, si de café, de ese café que solemos disfrutar tú y yo. Buen café, delicioso, humeante y reconfortante.
¡Bien!, después de tanto bla, bla, sobre el café. Nuestro café. ¡Oh!, que por cierto se empieza a enfriar, y tú ya sabes, frío, no me gusta. He terminado de hacerte saber
que hago esta mañana de café.
Sin más por hoy, y porque se que leerás con avidez mi carta, te dejo continuar con tus labores. Yo..., terminaré de beber mi café...
¡Te amo!
Tuya siempre...
P. D.
Piénsame...
Hortencia Aguilar Herrera -México-
No hay comentarios:
Publicar un comentario