Dejaré de ser abismo de arena
y me convertiré en montaña
No seré más planta aprisionada en el pavimento
sino rosal de un jardín eterno.
Ya no seré guijarro que avientan al río
sino estrella de tu cielo
no volveré a ser lágrima de dolor y duelo,
seré libre paloma al vuelo.
No seré efímera luz después de la lluvia
ni mansión con visos de tumba
cubierta de aire enrarecido,
seré la resonancia de un suspiro.
No quiero ser quien inventó el silencio
ni torre de una isla desierta
seré la risa loca de un poeta
y fuego avivado por el viento.
Seré oleaje de mar en calma
y la mujer que hoy te ama.
Isabel Domínguez Castro -México-
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