Agreste en tu mirada, ergonómica,
sensible la ternura como tu respirar,
no gastas tus sentidos, económica,
no siento tu reacción y menos amar.
Retiro las penumbras para pensar,
porque no sé qué tiene tu corazón,
estamos enojados y no sé lastimar,
que todo lo que hice fue con razón .
El vaivén tus caderas me tiene loco,
Cuando caminas, yo miro tus pasos,
así nos vamos amando poco a poco,
me ves y te apresuras a mis brazos.
Y sé lo que hay en tu pecho, vanidad,
orgullo y estar herida por mis enojos,
no mientas, tu alma es toda bondad,
lo dicta el corazón y lo dicen tus ojos.
José Rafael Díaz -Puerto Rico-
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