Solo sé
que las horas transcurren
en la sucesión de los días,
en la vorágine del tiempo.
Solo sé
que sobrevuelan las palomas,
en el confín de los siglos.
Solo sé
que tu piel es el espejismo
donde se transforman
mis inquietudes,
donde se despejan las dudas.
Más tarde
en este extremo del planeta,
en una ciudad de Sudamérica
la incertidumbre
será abandonada.
El cielo me maravillará
con su luminosidad ilimitada.
Más tarde
te sentiré
en el fluir de mi sangre,
en el soplido del viento,
en el hálito de tu voz.
Más tarde
cuando el poniente se aproxime,
volveré a disfrutar de tu compañía,
panacea para mi espíritu.
ZAIDA JUÁREZ -ARGENTINA-
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