En el fractal de la aurora y la boreal de virtudes,
brota la oración colecta,
inefable,
en el atrio de la luz de mis amores,
juventud de mi niña primavera.
Sobre el aroma de la juncia y la nívea caracola,
el deleite primavera, se vistió de ayer en mi senda de trigales.
Etérea la ilusión de mi mañana,
de mi flor de loto al arrebol de mi día.
Y al comienzo de la tarde, al filo de mi verano,
se refleja el otoño en el ocre de las hojas,
que envuelven mi piel dormida.
Ataviada de luceros y estrellas elocuentes,
mis pies desnudos se mojan en el amor de la gente.
Revestida de la lluvia y los corales,
la impetuosa primavera, se sumerge en mi alborada,
en mi estío, en mi otoño.
Otoño, fusión de embrujo,
esencia de mi romanza,
libertad y travesía,
partitura de mi vida,
romance de mi ambrosía.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
No hay comentarios:
Publicar un comentario