A mi pueblo del corazón
La Piedad, con grande amor
idos años de presencia
vestir de huarache y calzón
caminar sin ningún temor
por callejas con paciencia.
Mujeres con su rebozo
a las crías abrazaban
con esmero maternal
vecindario de alborozo
con sonrisa saludaban
en ambiente fraternal.
Calles de poca vialidad
despedían paz y armonía
vecinos de confianzas
ayeres de tranquilidad
la familia se reunía
platicaba de añoranzas.
Luis González Chávez -México-
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