EMBUDO

“Si no fuera un hecho de experiencia que los valores supremos residen en el Alma, la Psicología no me interesaría en lo más mínimo, ya que el Alma no sería entonces más que un miserable vapor.”
Carl Gustav Jung 

En el embudo de la vida,
transitamos mil senderos,
algunos tan estrechos
que asfixian.
Dicen que en el fondo hay un espejo
escondido al final del tiempo,
¡Nos veremos!
Tal cual…
¿Habrá qué esperar?
…y
¿Mientras?
Decía Wilde…
“Dad al hombre una máscara y os dirá la verdad”

¿Demasiado cínico?
¡Planeta de antifaces!
Han escrito el guión,
es tan precario
que ni ironía
posee.
Elemental…
pero en la práctica
es complicado.

Jung…
“Hasta que no hagas consciente a tu inconsciente, va a dirigir tu vida y lo llamarás destino.”

¡Arquetipos!

“La persona”
Esa imagen pública que vendemos adherida a la fachada,
tiene el brillo que embauca,
el lustre de la ficción que anhela
cautivar
… luego,
“La Sombra”
¡Lo más íntimo!
El sótano de los espejos tapados.

Existimos dentro de la pipeta de un laboratorio,
¡Somos nuestro propio experimento!
Uno que por cierto,
no está saliendo nada bien.
Muy adentro,
la mente haciendo de las suyas,
“El héroe”
Intentando mantener a raya a la Sombra.
“El padre”
La guía, símbolo de autoridad pero basado en el ejemplo…
¿Ejemplo?
Sí…
Abismo entre lo que se dice y se hace,
brújula…
Efecto invernadero ubicando al norte de generaciones por venir.
¡Que pugna!
… y afuera,
¡El mundo del lastre!
Llevándose por delante
el más mínimo atisbo
de desmitificar la alienación,
enajenación que nos transmuta
en atolondrados borregos
con la careta
bien puesta.

Scarlet C