miércoles, 5 de septiembre de 2018

BASTABA NADA PARA TODO


Sé que has llamado con cierta melancolía,
muy tuya, lo sé, me ganaste por eso,
desafortunadamente, algunas luces, farolas, estrellas,
se fueron apagando, así, sin darnos cuenta,
no reparamos que estos amores son delicados, débiles,
cada uno especial, sin comparación,
hay que observarlos, vigilarlos, supervisarlos,
estar atentos a cada parpadeo, duda, bajadas de intensidad;
nos sentíamos seguros, bastaba nada para todo,
un error que nos cuesta la lejanía ahora, el vino, la letra,
el puente terriblemente largo que separa nuestras ciudades,
que, tal vez, podríamos acortarlo, podríamos viajar y vernos,
pero no, hay una barrera dura, fuerte, inescrutable, vil,
que nos cruza el camino, nos frena, nos separa,
y no está en mi intención forzar, romper barreras, así no,
si tengo que persistir, persistiré en escribirte bien;
¿cómo no bendecir tu llegada, tus cosas, tus manos,
el instante inolvidable de tu comenzar en mi vida?,
te bendigo desde la distancia, te remito rosas, jardines,
te agradezco los bordes de tu cuerpo, tus brillos, tu cabello,
los caminos de tu voz, tus pies menudos, tus comentarios,
el no entender mis poemas y decírmelo, tus dudas tontas,
ese gesto de tus ojos cuando me decías “esa no soy yo”,
y yo te decía eres tú, siempre serás tú, enmascarada,
una prosa poética que te envuelve, un capullo, siempre,
no podría escribir nada sin ti, escúchame, léeme, mírame,
terminaré describiéndote, descifrando tu significado,
con palabras que sonarán raras, sin aparente significado,
sin unión, pero –al final-, alguien descubrirá la clave,
mi amor no tendrá fin, se esconderá por esquinas, parques,
subirá balcones, azoteas, cornisas, te leerá poemas, prosas,
plenas, rebosantes, sobre tu cuerpo, tus lluvias, tus mares,
las copas de vino que bebías sin apuro, sin prisa,
como deteniendo la vida alrededor mío.

Del libro UN AMOR RESIDUAL de Gustavo García Soto 

No hay comentarios:

Publicar un comentario