navego silenciosamente estos días;
en sueños a menudo tormentosos.
el viento revela el sol brumoso
delicadamente, exponiendo su
mil tonos de fuego,
derramando y destrozando
la superficie
de los océanos interiores.
el horizonte está detrás de mí;
con mis yemas de los dedos
puedo tocar las afueras
de mi nihilidad.
Chebazan Sancho
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