A Dios gracias por enseñarme a ser un buen hijo, un buen Padre, un buen suegro y un buen abuelo. Pero sobre todo un buen ejemplo, un buen amigo, un buen compañero y buen maestro para mis hijos, para mis yernos y para mi nuera. Entonces no tengo por qué avergonzarme de lo que tengo, de lo que hago y de lo que soy.
Saludos a todos mis seguidores, colegas periodistas, poetas y escritores, como a todos mis compañeros maestros, compañeros policías y compañeros capellanes. Luchemos por estar bien con Dios, con uno mismo, con la familia y con la sociedad; y dejen que le pongan el dedo, que la calumnia no tarda en traer sus propios frutos. El justo y el íntegro, siempre habla de frente y ajusta cuentas con la verdad y la ley divina. Recuerden que la ley y las autoridades fueron puestas por Dios.
Soy el mismo Rolfin Alonso Ayala Victoria y disfruto de ser igual con todos. Para mí no hay enemigos, pero si hay desconfianza ante aquellos que dicen ser familia, amigos y compañeros; cuando me quieren obligar que ponga a mi Dios en último lugar. No, ésos no son mis amigos, mis familiares y compañeros, ésos son farsantes, hipócritas y traicioneros, llevados por falsas ilusiones, y emociones mentales que los obligan a dañar mis sentimientos y mis proyectos. Sin embargo los amo y los aprecio, porque en Dios he puesto mi confianza y mi fe es que él es mi fortaleza y se que es el único que jamás me ha fallado ni me fallará.
Si he llegado al nivel o al escalón en el que me encuentro, es porque los siete peldaños que abajo he dejado, me han enseñado a vivir y a escalar en medio de las dificultades. Mi mamá solía decir, hay que saber llevar la shucha al agua y el cántaro en la cintura. Al enemigo debemos siempre tenerlo cerca. Y si es posible invitarlo a comer juntos para ver cómo traga y bebe su misma pena y vergüenza al momento de ser servido por el mismo a quien le ha hecho sufrir las penas. Gracia por tomar el tiempo de escucharme y a la vez de leer mis letras.
Alonso Ayala
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