miércoles, 1 de marzo de 2017

DONDE ESCAPA LA TERNURA


El puerto asoma por las ventanas del departamento
Ella toma al primero por los pies
lo azota contra el piso
pedacitos de cráneo se incrustan
en la materia blanda
y en aquel probable horizonte

El segundo tiene la misma suerte
la sangre de los hermanos
unida en la duela
entre sus ranuras

Y ya en silencio
piensa mejor puede oírse
sin el lloriquear de los niños
sus tres y dos años
han sido suficientes
y no hay que dejar los rastros.

El puerto en esa calma.

Después de un mes el olvido insoportable
se fracturó
y otra semana La espera
para que alguien reclame en la morgue
los cuerpecitos en partes.

El viento no recuerda sus nombres
ni las noches de horror y tormentas eléctricas

Sin importarle a nadie
sus huellas en este mundo
quedaron sembradas en dos macetas
donde los enterró mamá
aquella mañana de astillas.

Lo difícil de ser bebés
sin poder conquistar

el corazón imposible de una mujer
que se busca en otra parte
Ahí
donde escapa la ternura.

Larissa Calderón -México-
Publicado en Periódico de poesía 96

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