jueves, 2 de marzo de 2017

CONDENADOS


Divinizar al Poeta resulta tan inconveniente como
excluirlo de toda realidad.
A su renuncia de una posible eternidad por medio de
la fe, habrían de llamar desengaño de tantos labios
que mienten al besar.
Cenón llamó bocas frías a quienes
provocaron con el beso, desdicha crucifixión y muerte.
A algunos Seres, desde la primera edad nos acosa esa
necesidad de evasión, y no nos abandona hasta la muerte.
ARTHUR RIMBAUD –, dejó en la infecta habitación
del último hotel que ocupó, unas páginas abandonadas,
tituladas amargamente: CONDENADOS.
Sí, cuando se pierde estupor, hacia lo desconocido, se
deja la estupidez a un lado y se empieza a deducir: la
nada es inmensidad y se es nada.
La sonrisa de Van Gogh es triste: en su hogar lo consideran
Vagabundo; el oficio de Artista es irresponsabilidad con
la Sociedad.
Quizá lo maldito, descubre la trampa en que se fundamenta
lo estéril.

Del libro Morada a la que no se vuelve de OMÍLCAR CRUZ RESTREPO

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