Miss, mademoiselle, fräulein, signorina, señorita no se pierda la oportunidad de su vida.
Por sólo doscientos cincuenta euros pruébese el anillo encantado. Si le sienta como un guante envíe inmediatamente la palabra “Cenicienta” al 666 y, al instante, el príncipe le mandará la limusina con su chofer. Pero no fue así, en su lugar apareció un vehículo con el rótulo “Taxi gratis”. El hecho provocó en la destinataria una cierta inquietud, la desconfianza naïf del crédulo.
Atilano Sevillano Bermúdez -Zamora-
Publicado en suplemento de Realidades y ficciones 71
No hay comentarios:
Publicar un comentario