Reviso el calendario de mi muerte,
para conocer el principio,
el instante en que perdí el sitio,
y comenzó el naufragio de mi suerte,
puedo recordar la última vez,
en que la vida se alió conmigo,
y selló un pacto de amigo,
olvidando al verdugo y al juez,
fueron momentos de realidad,
bebidos entre tragos de ambrosía
y colores de amor en romería,
con desenfreno sin piedad,
sin embargo, a través del espejo,
reconocí un final que empezaba
y un principio que terminaba
sobre las alas de este viejo.
Esperando estoy,
revisando el calendario,
de la muerte soy becario,
que de la vida, me voy,
dejo como herencia
lo que he aprendido,
también lo que he sido,
vida sin jurisprudencia,
una fecha sin futuro
atormenta la existencia,
cruel espera y paciencia
para un final seguro.
sin embargo, iré caminando
hacia un lugar desconocido
en el que habrá un amigo,
que ya oigo, me está llamando.
El calendario de mi muerte,
quema en las entrañas,
muerden las alimañas
y quizá el castigo acierte.
Angel L. Alonso
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