Ayer tu mirada me pedía ternura, y yo no lo entendí, ayer tu voz era ternura, y no la oí yo en mi interior.
En cambio hoy quisiera, si te viera, que el eco de mi voz no me sonara dentro a hueco, si te hablara, por eso lo callo con mis lágrimas, quizás así entiendas que lo hago por... tu amor.
Moisés Guillermo Morales Herrera
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