Adicto me encuentro ante ti.
Ya que tú me has hecho adicto,
a tu belleza, a la luz que irradia tus ojos,
a la dulce melodía de tu voz al llamarme.
Adicto si, así me encuentro,
no lo puedo negar, te pienso en todo momento,
te busco en cada lugar a donde voy,
tu recuerdo me persigue a donde quiera que voy.
Me has hecho a dicto al sabor de tu boca,
a la dulce sensación de tus labios al besar.
Tus besos son adictivos, el sabor de tu labios,
son una la dulce tentación cuando te beso.
Es tu piel tan suave como los pétalos de una rosa.
Y el aroma de tu piel es como suave briza en un jardín.
Es un aroma que penetra en los sentidos,
lo cual me hace adicto al olor de tu cuerpo.
Es tu cuerpo una tentación,
tu figura es el deseo y la pasión,
que hace que un hombre no tenga salvación.
Eres la tentación y pecado que me hace adicto a ti.
Adicto si, a tu cuerpo desnudo,
a las cuervas de tu figura tentadora.
Adicto a estar a tu lado y sentir tu piel,
adicto a estar cerca de ti y decirte que Te Amo.
Edwin Ayala Sánchez
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