En sensaciones sombrías
se pierde mi corazón
cuando desde lejanía
sin conocer mi intención,
vuelcan amigos sus versos
a mi nombre y condición.
Que soy ave fénix, libre
de besos y de ternuras,
que me disuelvo en la prosa
de sentimientos diversos,
que amo a la humanidad
por el amor que le tengo
al propio amor que nos diera
el Dios de nuestra unidad.
Soy torrente de poesía
que desciende ante tu vista
para contagiar, artista,
mi divina lealtad.
No soy llanto, ni piedad,
ni paloma que atrapada
en las garras de un halcón,
no despliega agazapada
las alas de nuestra historia
en pro de un único amor.
Mi fantasía infinita
trasciende mundos y planos,
que me dictan sus anhelos
unos ángeles de cielos
desconocidos por ti.
¿Te cree valiente? Di:
"Yo soy testigo mi Dios
de que me creaste libre,
aunque impotente Señor,
adoro Tu gran poder;
puesto que soberanía
no hallaré entre los humanos,
hasta Ti tiendo mis manos,
solo a Ti veneraré.
Y mi trabajo mejor
será pronunciar Tu nombre
que llegaste como un hombre
a la tierra desolada
y cuando te fuiste viste
que el humano y su albedrío
están lejos de Tu ley".
Carmen Elvira Azparren Caballero
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