Uriel, me acurruco en tu luz,
mientras me envuelves en tu manto angélico,
entre pliegues de amor y de paz,
cuando las estrellas se apagan
y los primeros rayos del alba
empiezan a filtrarse en mis sueños.
Cierro los ojos
y me aletargo al compás
de la serenidad y el flujo bendito
de tu divinidad,
que me hace sentir en completa armonía,
cuando visualizo tu imagen
y me duermo con ella.
Del libro Poesías de Hadas de
María Jesús Verdú Sacases
Publicado en el blog mjesusverdu
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