Nos han quedado estos días que no terminan de pasar
verano de terrosas tormentas rojas
tiempo caníbal que desvela y envejece
como la verdad cuando es más que una palabra.
Nos hemos quedado solos
aislados de la soledad,
quebrados sus lazos y puentes
y exhalando sangre por los poros del silencio.
Hemos bautizado nuestra inmaculada concepción de la muerte.
Conrado Yasenza
Publicado en la revista Molino Rojo y Fernet
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