Heme aquí
junto a los más odiados / del día:
inactivos, silenciosos, en ayunas,
sólo eso, adentro, donde se oye todo
junto a un tambor solo en la habitación contigua
esperando
esperando
junto a granos de polvo que jamás serán silencio
junto a una pared blanca donde un hombre apoya su oído
pendiente
de ese tambor que espera
sacar su música
junto a una ventana con huellas, llena de tierra
de un vasto suelo que se llena de
rezo y sangre luchando,
que avisa de que afuera
hay una ciudad como una pareja conflictiva
donde mueren cuerpos pero no ideas
sangre sangre sangre
en los bancos, en las escuelas, en las esquinas mal iluminadas
donde hay zapatos abandonados
sangre sangre sangre
en las manos de las madres
que forman esta tierra, abrazadas, y levantan estas montañas,
para la sombra y el mar de lo alto
¡qué gran familia!
pidiendo dinero en la calle
pidiendo dinero en la calle cuando hacen música
rodeados de estampitas de santos, mártires, criminales,
heme aquí
rodeado de ángeles más bien ebrios
que saben hablar que comprenden
el barro, las cenizas, el polvo, las aguas,
la sangre que llora sus cuerpos jóvenes,
los insectos que suben por el cáliz
esa cruz en mi frente
soy feliz aunque esté triste
es divertido porque se sufre
adentro y afuera
en geografías donde se quiere hacer
lo que en verdad hay que hacer,
heme aquí en este antiguo suelo
iniciando
Jairo Rojas Rojas -Venezuela-
Publicado en la Revista Literaria Delirium Tremens 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario