En esta soledad de ahora
(¿cómo
saber si me encarcela o me defiende,
si me anuda o desata
la proyección del sueño hacia la vida?),
mis dedos palpan, polvo adentro, el gozo
de un libro mío en el estante.
Siento
como si un corazón resucitara,
como si una prensada mariposa
se escapara del libro
para alentar el viento de un paisaje
dormido y familiar.
Y me miro en el viejo y pardo tronco
del poema y me siento verdecer como un árbol,
nuevamente la savia conquistando la altura.
Todo vuelve a su origen
y la palabra cobra poder de encantamiento:
leo “río”, y el agua me refleja;
“pasión”, y se me ahoga
la razón en el mar de los sentidos.
Cierro el libro, me asomo a la ventana
y es como se leyeran mis ojos el paisaje.
Y otra vez, en le chopo
donde dejara escrita mi fecha más gloriosa,
enhebran las agujas de sus ramas altísimas
el verde tierno de la primavera.
Acaso no nacemos
ni morimos
del todo.
Quizás un mismo tronco nos sostiene
y en una misma savia nos amamanta el tiempo.
La niñez y la hombría,
la vejez y la muerte,
cubren las estaciones
del árbol invisible de los siglos.
Pienso que de este tronco, de esta rama,
de este mínimo tallo que me sustenta, puede,
tras el frío de innúmeros inviernos,
nacer el brote exacto
que repita los sueños que he vivido,
el hombre nuevo que mis pasos ande.
Tal vez, en los remotos umbrales de otra era,
un hombre tome del estante el libro
que hoy sostienen mis manos,
y en el espejo oscuro de sus páginas halle
su propia voz escrita,
y se viva a sí mismo en cada verso,
y sienta que en sus venas
un tronco lejanísimo verdece.
Cerrará el libro, luego, y abrirá la ventana
-marzo pasará entonces
encendiendo en los árboles desnudos
el oro nuevo de la primavera-,
y con ausente voz y alma dolida
dirá, mientras sus ojos van leyendo el paisaje:
“En esta soledad de ahora…”.
Del libro “RETORNO A LA PRIMAVERA” de MANUEL FERNÁNDEZ CALVO -León-
1º Premio, X Certamen de Poesía Searus, 1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario