domingo, 4 de noviembre de 2012

POLICÍAS Y MARCIANOS


Por Ariel Carlos Delgado (Colombia)

La primera imagen que viene a mi mente cuando pienso en ciencia ficción y policíaco es Harrison Ford interpretando a Deckard en Blade Runner (1984) de Ridley Scott, sin embargo cabe preguntarse si en verdad existe éste subgénero o sólo es una excusa que el escritor de ciencia ficción utiliza para ampliar su escenario narrativo.
Para el especialista Julian Symons en su libro Historia del Relato Policial, el género detectivesco y el policíaco tienen varias distinciones; el relato de detectives por lo general tiene un protagonista que aparece en varios relatos y suele ser un detective aficionado o alguien con dotes
para la deducción. En el relato policíaco raras veces aparece un mismo personaje y si es así, dista mucho de ser un superman como Sherlock Holmes, suele ser un individuo normal, un policía con
los problemas de la gente común tipo inspector Wallander de Henning Menkel, a diferencia del relato de detectives no hay un misterio que deba resolverse repasando las canciones de cuna transilvanas, casi siempre es un homicidio como los que con frecuencia nos informan en las noticias.
Hechas estas pequeñas aclaraciones pasemos a analizar algunas obras de ciencia ficción que pueden ser consideradas como relato policial o detectivesco.
Entre los pioneros podemos señalar a Isaac Asimov y su personaje Elijah Baley quien junto al androide R. Daneel Olivaw resuelven algunos “misterios” y lo dejo entre comillas porque existen bastantes críticos sobre las cualidades de escritor del Buen Doctor, en especial sus personajes unidimensionales, además su habilidad para crear misterios no es muy intrincada como queda patente en los relatos sobre El Club de los Viudos Negros.
Creo, y lo más probable es que me equivoque, el primer personaje que reunió tanto lo detectivesco como lo fantástico fue Harry Dickson, una caricatura del famoso detective de sir Conan Doyle, creado en Alemania para los pulp magazine en 1907(no sé si mencionar a Jean Ray como autor o traductor); lo más sorprendente de este personaje son sus enemigos: Euryale Ellis que es descendiente de la medusa y al igual que ésta puede convertir a las personas en roca, un dios azteca viviente que se oculta en un templo subterráneo en Londres, etc. Como es propio de los relatos pulp, la dosis de imaginación no está acompañada por una sólida trama pero son bastante divertidas; de la misma tónica son las aventuras de Jules de Grandin de Seabury Quinn, posiblemente sean los antepasados de Harry Dresden de Jim Butcher sobre los cuales basta con decir que les llaman “Dirty Harry Potter”.
Entrando al terreno de lo policiaco propiamente nos encontramos con un llamado clásico: El Hombre Demolido de Alfred Bester (no, no es el telépata malvado de Babylon 5, es su inspirador), esta novela desafortunadamente no envejeció dignamente y ahora resulta un tanto pesada de leer y es básicamente una persecución por parte del policía Powell (telépata por supuesto) al malo Reich.
Hay un relato muy divertido llamado Una Bomba en la Bañera de Thomas N. Scortia que aparece en la recopilación Humor Cósmico de Joe Haldeman y publicado por Bruguera allá por 1977, en donde conocemos a Caedman Wickes investigador privado especialista en denuncias singulares, una verdadera joya con la bomba que canta y tiene un ojo azul.
A tropezones hemos avanzado por el terreno y nos falta por mencionar a los detectives de lo fantástico en el cine y la tv; el ya mencionado Deckard eliminando replicadores, Tom Cruise en Minority Report (2002) de Spillberg y basado en un relato corto de Philip K. Dick.
Aunque apareció por primera vez en una novela de Jeff Rice el periodista Carl Kolchak se convirtió en un personaje de culto gracias a la película para tv Night Stalker, que luego se convertiría en una serie de tan sólo 20 capítulos pero que fue inspiración para Chris Carter y sus Expedientes X, en la actualidad tenemos Fringe que dista mucho en calidad de su predecesora.
En lo referente a detectivesco los personajes e historias que hemos mencionado no muestran un verdadero talento analítico ni se enfrentan a enigmas dignos de los primeros cuentos de Ellery Queen; quedan en pastiches como el Problema del Puente Quejumbroso de Philip José Farmer, en donde Raffles el gran ladrón se enfrenta a una posible invasión extraterrestre y se relaciona con los casos sin resolver de Holmes mencionados en La Aventura del Puente de Thor y ya que hablamos de pastiches, les recomiendo Sherlock Holmes y la Sabiduría de los Muertos de Rodolfo Martinez, muy entretenida. Frente a lo policíaco, abundan las persecuciones y los escenarios extraños, pero faltan personajes profundos.
Resta la pregunta: ¿es un verdadero género o subgénero la ciencia ficción policiaca?
Creo que eso lo deben responder ustedes.

Publicado en la revista digital Minatura 121

No hay comentarios:

Publicar un comentario