Y acá falta tu espalda
en este domingo
sin tu sudor de humo
al mediodía.
El algodón estirado
a la altura del ombligo
la comisura de almidón
sobre el pudor de tus lunares.
Y era blanco el ocio
de tu pecho sin agenda
y te estirabas en la silla
como un gato eterno
propietario de tu copa
y del tiempo entre tus cejas.
Sin tus hombres de gigante
mis andamios
son de trapo.
CLAUDIA LOURDES TEJEDA
Publicado en la revista deliteraturayalgomas Noviembre 2012
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