domingo, 18 de noviembre de 2012

FLOTA TU NOMBRE MANSAMENTE EN EL ARROYO


Se deja guiar serenamente
hasta que se detiene en un remanso,
donde pétalos de rosas decoran sus sílabas,
donde lo pronuncias con amor,
donde el sol le envía un guiño de luz
y él le responde con un beso.

Se levanta la brisa
y sopla sobre su inicial para alzarla
y consigue tocar la línea del horizonte,
aquella sobre la que se dibujan nuestros sueños
durante la noche,
mientras la luna se asoma
con su corte de estrellas
y cometas fugaces protegen nuestros deseos.

Sigue dejándose llevar por la corriente
y se impregna de su movimiento sosegado,
y se desliza suavemente, en secreto, en voz baja,
como un suspiro,
como un susurro,
que me enamora cada día,
diluyéndonos los dos en ese lago de paz,
cuyas aguas reposadas brotan en nuestros corazones amantes.

 María Jesús Verdú Sacases 

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