domingo, 4 de noviembre de 2012

EL PLEBISCITO


INDEPENDENCIA, ESTADIDAD O AUTONOMIA

     Algunos piensan que debe consultarse al pueblo sobre la autonomía y esto, a mi juicio, es un disparate y una indignidad y si los disparates pueden tolerarse porque humanum est errare, no así las indignidades que deben ser rechazadas a su simple enunciación. La autonomía que tenemos podrá ensancharse todo lo que se quiera y siempre será esclavitud. El collar que se ensancha es para tirarlo, los collares que se aman no se ensanchan sino que se aprietan. Si queréis una amplia autonomía lo que queréis es la independencia y si no queréis independencia queréis una autonomía restringida, una especie de servidumbre. Un pueblo que quiere la autonomía no haría de un plebiscito sino un simulacro sacrílego. Todo lo que no sea la soberanía debe ser rechazado sin discusión. La plena soberanía no reside sino en un Estado de la Unión Americana o en un Estado independiente. Consultar a un pueblo sobre si debe consagrar su esclavitud aceptando públicamente el dogal de una ley más o menos Foraker es inconcebible, es irracional, es indigno. A un país no puede preguntársele que grado de esclavitud le es grata. Hacerle esa pregunta es insultarle. Queda pues excluido del plebiscito la forma de “autonomía”, consagración de la colonia, porque no implica, porque no puede implicar, la soberanía que es a los pueblos lo que la libertad a los individuos. Puerto Rico debe ser libre en las únicas dos formas que se prestan a su libertad: libre dentro los los Estados Unidos formando uno de tantos o libre fuera de la Unión constituyéndose en Estado independiente.

ROSENDO MATIENZO CINTRON

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